Buenos días, bienvenidos a este acto y gracias por estar aquí.
Un año más celebramos el día de la mujer, una jornada de reivindicación pero también de celebración, tal y como me comentaba hace unos días, nuestra Delegada para la Igualdad, Isabel.
Hay muchos motivos para celebrar los avances que las mujeres hemos ido consiguiendo a pesar de tantas y tantas dificultades culturales, sociales, educativas, económicas e incluso políticas. Es cierto que hoy todavía hay mucha penuria y motivos sobrados para sentirnos indignadas. No hay más que ojear la prensa de cada día, o de casi todos, en los tele diarios con esas noticias tan tremendas de desigualdad, que a menudo reflejan humillantes situaciones y padecimientos de la mujer: desigualdades en salarios, víctimas de violencia machista, techos de cristal, etc… Hechos y situaciones que nos muestran cómo en pleno siglo XXI queda mucho camino por recorrer y tanto por hacer. Todo debido a la indolencia de unos y la hipocresía de tantos, incluidos quienes tienen poder para que todo mejore y tengamos sociedades más justas en las que las mujeres contemos con los mismos derechos y deberes, las mismas oportunidades que los hombres.
Fue en 1975, cuando la asamblea general de la ONU declaró oficialmente el día 8 de marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora y desde entonces conmemoramos la lucha de la mujer por su participación en pro de la igualdad con el hombre, en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona.
Como cada año CCOO elabora un manifiesto a través del cual se hace público una declaración de propósitos. Lo podéis leer íntegro en nuestra página web, pero os voy a resumir la parte en la que se habla de la brecha salarial.
CCOO reclama la igualdad y equidad entre mujeres y hombres en el ámbito laboral y para ello exige al Gobierno
- Un plan integral para la igualdad entre mujeres y hombres y contra la violencia de género.
- Activar un plan de choque para el empleo.
- Recuperar derechos laborales, sindicales y la activación del diálogo social y la negociación colectiva.
- Impulsar medidas para empoderar a las mujeres haciendo efectiva la Ley de Igualdad.
- Creación de infraestructuras públicas.
- Establecer una renta mínima garantizada.
- Partidas presupuestarias suficientes en los PGE destinadas a los programas de igualdad y contra la violencia de género.
En el plano social me gustaría mencionar uno de los estereotipos creados en la sociedad sobre la mujer perfecta. Para ello me he inspirado en el manifiesto de la actriz española Michelle Jener, la cual vive precisamente del mundo de la televisión, el cine y la publicidad, y aun así está totalmente en contra de este estereotipo de mujer perfecta.
Hoy en día es prácticamente imposible no verse afectada por la imagen de los medios. Antiguamente una mujer gruesa era símbolo de riqueza y salud, lo que vemos en obras de arte dejadas por autores de la época Goya o Rubens. Hoy en día éste aspecto ha dado un giro de 180º. Un cambio totalmente drástico, influenciado por la publicidad y los medios, de la mujer perfecta. Esto ha provocado en la sociedad femenina muchos complejos de apariencia, lo que lleva a un compulsivo consumo de cosméticos, obsesión por la dietas y a veces dependencia de la cirugía, en definitiva buscar una perfección inalcanzable que no es la realidad de la sociedad. Quiérete tal y como eres. Pero no tengas ojeras, ni arrugas, ni pelos donde no toca, ni muchos años (y si los tienes que no lo parezca), ni celulitis, ni, ya puestos, demasiadas ideas. Y mañana tienes que trabajar y te levantas una hora antes por voluntad propia, porque tienes que maquillarte, peinarte, vestirte. Porque así te ves guapa y femenina. Porque si no lo haces, te ves rara, fea, mal. Porque así te sentirás un rato como se supone que tienes que ser. Porque no sabes ni porqué ni como, pero lo llevas grabado hasta el tuétano. Porque eres mujer perfectamente imperfecta.