Y ahora no sólo pagamos el dinero que nosotros no hemos malgastado, sino que somos de los pocos que lo pagamos, mientras que los verdaderos causantes de esta crisis salen airosos de todo este embrollo. Los empleados públicos sabemos ser solidarios, hemos aguantado años de congelación de sueldos, hemos entendido que hay que ayudar a la economía de un país y hemos aceptado ayudar a quienes lo necesitaban, pero lo que no alcanzamos ahora a entender es por qué somos nosotros y exclusivamente unos pocos los que vamos a pagar esta vez.
