Durante más de 10 años se ha estado aplicando una política de austeridad y reformas que, en especial, ha incidido negativamente en la clase trabajadora. En Andalucía muchas personas han sufrido –y sufren– el desempleo y la precariedad laboral. Las empresas han utilizado lo que les han ofrecido las reformas laborales para imponer bajos salarios, prolongaciones de jornadas, contratos a tiempo parcial involuntarios, o abusar de la temporalidad. Estas medidas empresariales, en muchos casos, han derivado, además, en un aumento de la siniestralidad laboral.
Para tratar de remediar esta situación, en junio de 2017, se puso en marcha la Mesa por la Calidad y la Estabilidad en el Empleo. El objetivo era mejorar las relaciones laborales y la seguridad y salud laboral; las políticas activas de empleo; la formación profesional para el empleo; y un plan de apoyo a la negociación colectiva. Un año después, CCOO, UGT, CEA y la Junta de Andalucía han firmado un acuerdo para mejorar la calidad y estabilidad en el empleo. Con la rúbrica de los agentes económicos y sociales se van a empezar a aplicar diez medidas de las once propuestas por CCOO, que son un resumen de las más de cien actuaciones que han sido planteadas en este año por las mesas técnicas.
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